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viernes, 6 de mayo de 2016

NO HAY LUGAR



Carlos Raúl Paredes


No hay lugar
en la distancia
donde TODO
lo borre el horizonte.
No hay lugar
en el olvido
que asile
al destierro del amor.
No hay lugar
donde se entierren
para siempre
las palabras dulces
robadas del árbol de la voz,
los poemas nacidos
en parto natural del corazón,
las lágrimas caídas
en batallas perdidas,
los libros regalados
en treguas pactadas,
las fotos tomadas
en instantes de fuego,
las caricias dormidas
en el ombligo del deseo.
No hay lugar 
tan GRANDE
capaz de albergar
TODO
lo que deja 
un adiós.

No hay distancia.
No hay olvido.
No hay lugar.

miércoles, 4 de mayo de 2016

LABERINTO

Carlos Raúl Paredes
 
 
Pasos perdidos
en el laberinto de la noche.
Tristezas desnudas

coquetean con el alma
tatuadas de dolor
y maquilladas
con sonrisas falsas.
Las calles no van
a ningún lugar,
hay callejones sin salida
entre los ojos
y entre las estrellas
brilla una ausencia.
Caminar
por el laberinto mental,
caminar
sin destino final,
sin un beso
que salga a la puerta
a esperar...

MUERTO

Carlos Raúl Paredes
 
 
Yo he muerto antes
no sé cuándo.
Aún quedan

algunos gusanos
comiéndose mi piel,
fresco aún el olor a flores
duerme en mis fosas,
y mis huesos
los llevo en una bolsa
sobre el hombro
a donde voy.
Algo me mató...
no sé si fue
un puñal
una pistola
un beso
o un adiós...
¡No sé qué mata más!
(Tengo toda una muerte
por delante
para averiguarlo).

sábado, 6 de febrero de 2016

NOS ESTÁN ROBANDO EL PARTIDO

 
 
 
 
Carlos Raúl Paredes
 
A veces se gana. A veces se pierde. Así es el fútbol. Si la derrota fue porque tu equipo jugó mal y mereció que le rompieran el arco tres veces, como buen hincha aceptas a regañadientes pero aceptas; bajas tu bandera, te despintas la cara y regresas a casa jodido pero contento porque sabes que habrá revancha y que en el próximo partido podrán subsanarse los errores.
 
Pero también hay partidos que pierdes porque otros quieren que pierdas. ¡No hay... derecho! Y eso justamente acaba de pasar en la cancha electoral peruana con una encuestadora que pretende incidir en el resultado final, plagiando -ya que está de moda- el estilo de algunos árbitros que, cuando tu equipo está jugándose el mejor partido del campeonato, lo llenan de tarjetas, le anulan dos goles, se inventan tres penales en contra y encima te vetan el estadio.
 
La elaboración y publicación de encuestas es una gran responsabilidad porque los sondeos inciden directamente en el resultado de una elección y es que así funciona la cosa:
 
¡Dime cuántos puntos tienes en la tabla de posiciones y te diré cuántas entrevistas y apariciones tienes en los medios de comunicación más influyentes!
 
¡Dime que estás entre los tres primeros, con posibilidad de llegar a la copa, y te diré cuántos patrocinadores vas a tener (plata como cancha)!
 
¡Dime que estás en zona de clasificación y te diré cuántos ayayeros más tendrás al interior y fuera de tu partido!
 
Y mientras tanto, los candidatos que venían metiéndoles goles de media cancha a los favoritos se están peleando con el fantasma de la baja por obra y gracia de una encuestadora, faltando poco más de 60 días para el día de las elecciones.
 
-¿Nos están robando el partido? ¿La FIFA electoral peruana estará haciendo bien su trabajo de fiscalización de las encuestas?- se preguntan, sin haber jugado siquiera las primeras fechas del fixture. Ahora, para ellos todo será cuesta arriba, tienen la cancha inclinada como cuando un árbitro decide ser protagonista del partido y hace perder a tu equipo, sí o sí.
 
En el caso del árbitro, el consabido grito, fuerte, baja de las tribunas... y con todo respeto, bien merecido lo tiene -el árbitro, no su madre- porque incidió grosera y evidentemente en el resultado final.
 
Pero por más grosera y evidente que fue su jugada, así queramos, los peruanos que estamos en la tribuna electoral no podemos gritarle lo mismo a esa encuestadora que cambió la tabla de posiciones de la noche a la mañana, porque a diferencia del árbitro, en la encuestadora de marras son varios los involucrados... y madre hay una sola.